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Bienestar

Qué es el Mindfulness: descubre los ejercicios de meditación para mejorar tu día a día

Qué es el Mindfulness: descubre los ejercicios de meditación para mejorar tu día a día

Vivimos con prisas. Nos levantamos pensando en todo lo que tenemos que hacer, corremos de un sitio a otro y acabamos el día sin habernos parado a respirar ni un segundo. Y claro, el cuerpo aguanta… pero la mente se cansa.

Ahí es donde entra en juego el mindfulness, esa práctica que nos enseña a estar presentes, vivir con más calma y disfrutar de las pequeñas cosas. No es una moda, ni una técnica “mística”: es una forma de volver a ti misma, con cariño y sin juicios.

Qué es el mindfulness y en qué consiste?

El mindfulness (o “atención plena”) es una práctica que consiste en prestar atención al momento presente, de forma consciente y sin juzgarlo. Se trata de observar lo que pasa dentro y fuera de ti, tus pensamientos, tus emociones, tus sensaciones, sin intentar cambiarlos.

No hay que dejar la mente en blanco ni sentarse en posición de loto (a no ser que te apetezca, claro). Simplemente se trata de vivir aquí y ahora, sin quedar atrapada en el pasado ni agobiada por el futuro.

La palabra mindfulness viene del budismo, pero hoy se utiliza en contextos de salud, educación y desarrollo personal por su efecto positivo en el bienestar.

¿Cómo se hace el mindfulness?

Practicar mindfulness es mucho más fácil de lo que parece, pero requiere constancia.
No necesitas incienso ni música de fondo (aunque ayudan, todo sea dicho). Solo necesitas tu atención.

Te dejo algunas formas sencillas de empezar:

1. Observa tu respiración

Siéntate cómoda, cierra los ojos y presta atención al aire que entra y sale.
No lo controles, solo obsérvalo. Si la mente se va (que se irá), la traes de vuelta con cariño.

2. Escucha tus pensamientos

No intentes callarlos ni pelees con ellos.
Solo obsérvalos pasar, como si fueran nubes en el cielo. Al hacerlo, poco a poco pierden fuerza.

3. Vive el momento

Cuando comas, saborea. Cuando camines, siente cada paso.
Haz una cosa cada vez, con toda tu presencia. Es más poderoso de lo que parece.

La clave está en volver una y otra vez al presente, con paciencia y sin culpa.

¿Cuáles son las 7 actitudes del mindfulness?

El psicólogo Jon Kabat-Zinn —uno de los grandes referentes del mindfulness— definió siete actitudes básicas que te ayudan a practicarlo de verdad.
Son como los pilares de una casa interior firme y tranquila:

  1. No juzgar: aceptar lo que sientes sin etiquetarlo como “bueno” o “malo”.
  2. Paciencia: entender que todo tiene su ritmo, incluso tú.
  3. Mente de principiante: mirar las cosas como si fuera la primera vez.
  4. Confianza: creer en ti y en tu capacidad para estar presente.
  5. No esforzarse demasiado: dejar que las cosas fluyan sin forzar.
  6. Aceptar: reconocer lo que hay, aunque no te guste.
  7. Soltar: aprender a dejar ir pensamientos, tensiones o expectativas.

Estas actitudes no se dominan de un día para otro, pero cuando las cultivas, la vida se vuelve más ligera y amable.

¿Qué son los ejercicios de mindfulness?

Los ejercicios de mindfulness son pequeñas prácticas que te ayudan a entrenar la atención plena.
No hace falta hacerlos todos los días (aunque ayuda), pero sí hacerlos con intención.

Aquí te dejo algunos para empezar:

Meditación de la respiración

Dedica cinco minutos a sentir cómo respiras. Si tu mente se dispersa, vuelve al aire.
Hazlo cada mañana y verás cómo cambia tu día.

Escaneo corporal (body scan)

Túmbate y lleva tu atención a cada parte del cuerpo, desde los pies hasta la cabeza.
Observa si hay tensión y suéltala con la exhalación.

Mindfulness en la vida diaria

Cuando bebas un té, camines o te duches, hazlo despacio, sintiendo cada detalle.
Es la forma más fácil de integrar la atención plena sin buscar “tiempo extra”.

Diario consciente

Antes de dormir, escribe tres cosas por las que te sientas agradecida ese día.
Así entrenas la mente para ver lo bonito incluso en los días normales.

Cómo incorporarlo a mi vida

El mindfulness no es algo que se practica solo en un cojín: se vive.
Te dejo algunos trucos para incorporarlo poquito a poco a tu día a día:

  • Empieza por cinco minutos. No necesitas más para notar la diferencia.
  • Pon recordatorios visuales: una frase bonita, una piedra, una vela… algo que te recuerde volver al presente.
  • Respira antes de reaccionar. Ese segundo de pausa lo cambia todo.
  • Sé amable contigo misma. No pasa nada si un día no puedes o si tu mente se va mil veces. El mindfulness también es aceptar eso.

¿Los aromas pueden ayudarme?

Ay, miarma… y tanto que sí. Los aromas naturales tienen una conexión directa con el sistema nervioso, y por eso combinan de maravilla con el mindfulness.
Pueden ayudarte a concentrarte, relajarte o crear una atmósfera de calma durante tus prácticas.

Algunos aromas ideales son:

  • Lavanda: para relajar la mente y calmar la ansiedad.
  • Incienso: para meditar y conectar contigo misma.
  • Sándalo: para centrarte y mantener la concentración.
  • Naranja dulce: para levantar el ánimo y aportar claridad.

Unas gotitas en el difusor, una vela aromática o incluso un poco en las muñecas antes de meditar bastan para transformar el momento.

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